domingo, 23 de agosto de 2009

Me deshago, sí me disuelvo, me disipo en el aire. Eso me pasa cuando cierro los ojos y te encuentro ahí, cuando noto que los palpitos de mi corazón suben hasta mi cabeza y se transforman en la suavidad de tu voz deleitando mis oídos. Nadie jamás penetró cada uno de mis sentidos adueñandose completamente de ellos, nadie desde tan lejos me incentivó de esta manera. Llevo tres años escuchandote, sí tres. Y más de dos amandote con locura, ya no se que más hacer. Sólo se que quiero que te quedes en mi corazón para siempre, y así será si depende de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario